La Ley Fintec en Chile ha minado un camino desafiante para la banca que, con la puesta en marcha de este instrumento, se enfrenta a la integración de modelos inteligentes que cumplan con su principal objetivo “promover la competencia e inclusión financiera” a través de la innovación y correcto uso de la tecnología.
En 2022 la promulgación de la Ley 21.521 marcó un hito dentro de la industria y generó grandes expectativas sobre el nuevo paradigma financiero.
Esto pasa también por la búsqueda de beneficios que satisfagan las necesidades del cliente, sin dejar de lado las metas de la propia entidad financiera.
A más de un año de entrar en vigencia, el marco legal sigue siendo un tema de interés para el sector bancario, abordando aspectos como:
- La competencia
- Inclusión financiera
- Innovación
- Experiencia del usuario
Ante este desafío, es evidente que la industria financiera tradicional tiene que establecer alianzas estratégicas con proveedores tecnológicos que operen con altos estándares.
A su vez, que les permitan encontrar soluciones efectivas que les permitan adaptarse al nuevo entorno normativo.
Impacto en la inclusión financiera
Con el instrumento legal, la inclusión financiera cobra nuevo impulso dentro de la industria. En primer lugar, insta a las entidades financieras a democratizar el acceso a productos y servicios financieros.
Esta medida se acompaña con la aplicación de estrictos protocolos de seguridad que resguarden la información y garanticen la transparencia en todos los procesos.
A efectos de la nueva norma, la prestación de servicios financieros sucede a través de medios tecnológicos como único medio eficiente y accesible para los usuarios.
Este nuevo escenario llama a los actores financieros a integrar la inclusión con la implementación de un modelo financiero inteligente.
Las fintechs, como pioneras en la innovación tecnológica aplicada a servicios financieros, emergen como aliadas estratégicas en este proceso de adaptación y transformación para las entidades bancarias.
Esto ocurre especialmente en aquellas que se rigen por el paradigma tradicional, pero que también quieren elevar su estándar y, a su vez, mantenerse competitivas, sin dejar de cumplir con el marco regulatorio.
Servicios financieros más competitivos
Modelos disruptivos, como el open data y el open finance, han sido claves para obtener un conocimiento más profundo sobre el usuario. A su vez, generan que la gestión de la data y ejecución de procesos sean más eficientes.
En este sentido, la Ley Fintec en su artículo 16 reconoce las finanzas abiertas como un mecanismo fundamental para promover la competencia, innovación e inclusión en el sistema financiero.
Por otro lado, la digitalización ha generado que los prestadores de servicios financieros vivan un cambio significativo en cuanto a la entrega de productos y servicios.
Esto se suma a la presión competitiva, que se evidencia para las entidades en el nuevo entorno, donde deben enfocarse en el consumidor, según explica la consultora internacional KPMG en su artículo “Regulación y supervisión de las fintechs”.
Como proveedor de tecnología financiera, Fapro se ha afianzado en los modelos antes mencionados. Es así como ha consolidado un enfoque estratégico que:
- Genera diferenciación competitiva
- Promueve la inclusión
- Reduce las asimetrías de información en los segmentos de financiamiento, seguros e inversiones
Además, Fapro ha integrado cinco verticales que potencian el valor del ciclo del cliente mediante soluciones inteligentes que responden a las necesidades reales del usuario.
Es decir, el enfoque tecnológico se centra en el cliente, abordando el desafío actual de la banca desde un modelo de inteligencia financiera que además proporciona mayor satisfacción y retención de cartera.
Camino a la hiperpersonalización
Uno de los grandes retos que se le presenta a la banca con el marco legal, está en mejorar la experiencia del usuario, apoyándose en mecanismos eficientes que le permitan cumplir con altos estándares de objetividad, coherencia y consistencia en las recomendaciones o evaluaciones realizadas, asegurando así que las ofertas se ajusten a las necesidades expresadas por los clientes.
Alejarse de ofertas masivas y anticiparse a las necesidades en tiempo real de los clientes es clave para conversar con el nuevo instrumento. En ese contexto, Fapro ofrece nuevas oportunidades a la banca con soluciones tecnológicas que mejoran la etapa de adquisición a través de ofertas hiperpersonalizadas.
Gracias a una conexión sin límites a fuentes oficiales y no convencionales, se pueden identificar en línea el comportamiento, patrones de consumo y preferencias de la cartera.
Esto permite procesos automatizados y una segmentación inteligente sin poner en riesgo a la entidad financiera.
Fortalecimiento de la protección y seguridad financiera
Fapro destaca entre los proveedores tecnológicos porque garantiza la interoperabilidad inteligente, mejorando los flujos de información en línea. A su vez, permite a los bancos tomar decisiones más acertadas y ofrecer experiencias personalizadas en tiempo real.
No obstante, el marco legal vigente exige a las financieras la entrega e intercambio de data financiera suceda de manera remota y automatizada, sin que ello afecte los estándares mínimos exigidos por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) en materia de seguridad, denominado en el instrumento como interfaces.
Gracias a la ley, el sector financiero tiene la responsabilidad de velar por la confidencialidad, integridad y disponibilidad de los datos. Esto implica adoptar medidas de ciberseguridad, gestión de riesgos y control interno para prevenir divulgaciones no autorizadas y garantizar la protección de los sistemas tecnológicos.
En ese sentido, Fapro no solo ofrece una herramienta robusta que proporciona eficiencia en las áreas de riesgo y comercial.
También, ha trabajado de manera ardua por cumplir con rigurosos protocolos de seguridad de referencia internacional, al culminar de manera exitosa procesos de auditoría para obtener la certificación ISO 27001.
El compromiso de Fapro con la seguridad y la excelencia fue reconocido por parte de DNV, a través de un Sistema de Gestión de Seguridad de la Información (SGSI), que garantiza operaciones más transparentes, seguras y eficientes.
Este logro reafirma la confianza de los actores que apostaron por el modelo Fapro y su capacidad para cumplir con los más altos estándares de seguridad y calidad en el manejo de información financiera dentro del paradigma actual.